Las Plantas de Jurel Congelado de Blumar han enfocado sus esfuerzos en dos pilares fundamentales: velocidad de empaque y rendimiento de la pesca. Así nos explica el Jefe de planta congelados San Vicente, Javier Zúñiga, quien detalla que para optimizar ambos aspectos, se implementaron las metodologías Lean y TPM.
“La primera permitió identificar y eliminar pérdidas de eficiencia mediante revisiones exhaustivas del proceso, mientras que TPM aseguró la operación continua de los equipos a través de mantenimientos preventivos programados. Esto nos ha permitido cerrar brechas que teníamos”, cuenta Javier.
El trabajo en rendimiento requirió establecer una colaboración estrecha con el área de calidad, la que proporciona información sobre los requerimientos del cliente. “Esta información es constantemente comunicada al equipo de selección, quienes ajustan sus criterios para maximizar el aprovechamiento de la materia prima”, agrega.
Los resultados de estas mejoras son evidentes: mayor capacidad de congelación del jurel, incremento en la rentabilidad comparado con la producción de harina o aceite, y estabilidad laboral al mantener la planta en funcionamiento constante, otorgando mayor valor a la materia prima disponible. ¡Gran trabajo!